MURDER MOUNTAIN


Moonshine o marijuana, los Apalaches o California, la ley seca o la prohibición de la marijuana. Diferentes sustancias, diferentes lugares, diferentes épocas. Misma mierda.
La serie documental MURDER MOUNTAIN nos lleva hasta el condado de HUMBOLDT, al norte de CALIFORNIA, donde se concentran las mayores plantaciones de marijuana de todos los EEUU.
El por qué lo encontramos en los tremendos y tupidos bosques que pueblan la zona, así como en la ley del silencio que impera entre sus habitantes y los cultivadores de «los cigarritos de la risa».
Ya en uno de mis viajes al interior de CALIFORNIA me di cuenta de que el rollo de las palmeras, los atardeceres en la playa, las chicas en biquini y los surfistas cachas y bronceados es solo cosa de la costa.
El interior es otra movida, para nada cosmopolita como nos quieren vender que es todo el estado.
Recuerdo que, para hacer la gracia, se me ocurrió parar en un pueblo del interior del que ahora no me viene el nombre a la cabeza, comprar una postal en una gasolinera y mandársela a un colega de MADRID.
La postal era de un redneck sentado en una mecedora delante de su caravana con un enorme canuto en la boca.
Tras comprar la postal pregunté por la oficina de correos y para allá que me fui.
La empleada de correos que estaba tras el mostrador, con el pelo cardado y fijado con al menos un bote entero de laca y más maquillaje en la cara que en toda una planta del SEPHORA, la verdad es que se curró mi petición de enviar la postal.
Le aclaré que MADRID estaba en EUROPA y ella me aclaró a mí que era la primera vez que se mandaba algo al viejo continente desde esa oficina, por lo que no tenía ni idea del precio del envío.
Se fue por una puerta dejando el mostrador desatendido para consultar el precio del envío en unos libros que, según ella, «estarían por alguna parte».
Regresó sin encontrarlos y, muy amablemente, se culpó por su falta de profesionalidad, a lo que añadió que no me preocupara, que ella misma pagaría el coste de enviar la postal y que buscaría los libros cuando terminara su jornada de trabajo. 
Me ofrecí a dejarle un par de dólares, pero los rechazó.
Al girar para irme, me di cuenta que se había formado una cola tremenda de peña de lo más variopinta.
Tíos sin apenas dientes, una señora mayor con una máscara de oxígeno enchufada a una bombona que transportaba en un carrito, gente que decir que tenía sobrepeso es poco, de lo enormes que eran, y todos de CALIFORNIA.
Al final he de decir que la postal llegó a su destino, así que me quito el sombrero por la señora de correos.
Y ese tipo de gente es la que podemos encontrar en MURDER MOUNTAIN, y armas, y asesinatos, y gente desparecida…
Seis episodios producidos por NETFLIX de las cosas que nos gustan a la FAMILIA DIRTY.
¡Yo, como vuestro abogado, os recomiendo que no os la perdáis!