AMOR Y ANARQUÍA

 

El otro día, cuando le recomendé la serie a Javi y me preguntó cómo se me había ocurrido ver una serie con este título, mi respuesta fue la pura verdad: porque me dijo Marga que igual teníamos que darle una oportunidad, a pesar de tener un título tan chungo.

Como Marga la clava muchas veces cuando ya no sé por dónde seguir para satisfacer mi consumo de series, le hice caso.

Es verdad que lo hice pensando que a los 10 minutos la quitaríamos.

Comedia sueca, ambientada en el mundo de las editoriales…, la cosa no daba muy buena espina.

Que conste que los suecos con sus movidas dramáticas y policiales me suelen molar, pero una comedia

Otro prejuicio que tachar de mi lista.

Amor y anarquía es como comer pipas, una vez que empiezas, ya se sabe.

Y, además, da muy buen rollo.

Nunca he trabajado en una editorial que no sea Dirty Works, así que no tengo ninguna referencia de cómo es estar metido en el engranaje de los libros, aparte del mundo tan personal que nos hemos creado mi socio y un servidor, junto con nuestros colegas.

Tampoco nos relacionamos mucho con nadie del gremio a no ser que sea una persona con la que nos iríamos de birras aunque fuera carpintero.

A los dos nos parece que no hay nada más tedioso que ir a la presentación de un libro y cuando esta termina, lloriquear sobre los sinsabores de nuestra profesión entre copas de vino barato y calentorro.

Y es lo que suele pasar, por lo menos a las pocas que yo he ido.

Tampoco me interesa una mierda escuchar a un autor leer unos fragmentos de su libro y que me analice cómo a través de sus vivencias llegó a desarrollar tal o cual personaje.

Un libro es una cosa que uno se compra y lee a solas. Si te gusta te metes una buena flipada, y si no, pasas al siguiente.

Así de simple.

Dicho todo esto, si la cosa fuera más como en Amor y anarquía, igual saldría más de mi cabaña a que me diera el aire.

No hace falta saber nada de editoriales para disfrutar de esta serie de dos temporadas de 8 capítulos de media hora y que se puede ver en Netflix.

Aunque claro, si por alguna razón te has rozado o te has visto inmerso en este mundo tan elevado que algunos se creen que es lo de publicar libros, hay guiños con los que te vas a partir la caja.