HEATH GREEN & THE MAKESHIFTERS

S.T.

(Alive Records, 2016)

Ya lo dijimos en otra ocasión a propósito de Oklahoma y lo decimos ahora a propósito de Alabama, algo debe de haber en el agua. Heath Green lleva más de quince años bebiendo de esa fuente, aunque la cosa le venga de nacimiento y la tenga ya más que bien asentada en el riego sanguíneo, con las sombras persistentes de Muscle Shoals pisándole los talones, imposible escapar o darles esquinazo; está claro que si naces por allí tienes muchas posibilidades de acabar poseído. Tampoco es que se diese mucha prisa por llegar a ninguna parte. Paciencia, mala suerte y mucha cautela de clase obrera. Poco ilusionismo y nada de castillos en el aire. Quince años, ya digo, de militancia en diversos grupos de la escena musical de Birmingham: Mudpie, Fishergreen y los Back Row Baptists, obreros del soul, en los que se fue ganando una sólida reputación de rockero sureño. Voz ahumada y gutural de mucho bar y mucha obsesión de verse solo en la madrugada, de volver a casa andando porque el cabrón del bar (bendito sea) te ha escondido las llaves del coche y no las suelta. Una voz curtida en el soul, una voz de tierra y barro rojo. De haber mordido el polvo. Uñas negras y mucho callo de azadón, cicatrices de a mí nadie me ha regalado nada así que no me vengas con tus mierdas. Desesperación, redención y, llegado el caso, mandarlo todo al carajo, que ya nos sacaremos las habichuelas por otro lado. Historias que, como diría cualquiera de entre el público del último garito en el que tocaron anoche, parecen proceder más bien de la garganta ulcerada de un viejo bluesman del Delta que le doblase o triplicase en edad (en edad y en desaciertos, en malas jugadas)… A lo que habría que añadir también una dieta rigurosa de mucho Stones, Faces y Humble Pie, adoración por Ike & Tina Turner y rendida pleitesía por lo que en su día surgió de mezclar y agitar a Joe Cocker con Leon Russell. «Mi nombre es Legión, porque somos muchos», que diría el poseído de Gadara. Y todos esos «muchos» se dan cita en este disco debut que ha grabado en los Alamalibu Studios en compañía de los Makeshifters y que, en buena parte, recuerda a los buenos viejos tiempos de los Black Crowes. Exorcismos del rock n’ roll. Y claro, lo saca el sello Alive, que no se anda con fantasmitas. Dadle duro.